(Ediciones B, 185 pág.). Investigación de los periodistas
Daniel Avendaño Caneo y Mauricio Palma Zárate, subtitulada “La historia mejor
guardada de la Armada de Chile”. El 10 de septiembre de 1976, la marina
chilena, que se preparaba para participar en la operación Unitas, se puso en
estado de alerta al percatarse de que un submarino había penetrado en la bahía
de Valparaíso sin que nadie se diera por enterado. ¿Peruanos? ¿Soviéticos?
¿Cómo nadie lo detectó? ¿Qué hacemos? Fueron las preguntas en el aire.
La investigación cuenta con testimonios de ex comandantes en jefe de la Armada y de varios marinos que de una u otra manera fueron testigos de esta historia, pues cumplían labores en los buques involucrados en el episodio. La mayoría niega que se haya hundido un submarino y que otro lograra escapar luego de sobrepasar las defensas chilenas. Si bien los hechos son confusos y rodeados de secretismo, tanto en Chile como en Perú, lo concreto sería que efectivamente la armada chilena habría hundido un submarino en la bahía de Valparaíso y que sus restos se encontrarían en la profundidad del océano cerca de la desembocadura del estero Marga Marga, cubierto por una malla metálica que, en el verano de 1983, la armada ordenó poner para evitar que salieran a flote vestigios de la nave. Buques de la armada bombardearon la bahía con cargas de profundidad durante tres días en un despliegue inusitado de recursos bélicos para acabar con los submarinos, dando como excusa a la opinión pública que se trataba de ejercicios que estaban programados debido a la operación Unitas. Algunos de los entrevistados claves reconocen haber visto fotos del submarino hundido.
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