Que otros brinquen por el camino de la gloria y el provecho,de paga me contento con un poco de rocío y de lluvia.Ho Xua Houng, poeta vietnamita
viernes, agosto 01, 2014
El holocausto en la saliva
La noche se ha estrellado contra
un hueso, ha quebrado su mandíbula sobrepasando el tránsito de las balas entre
dos verbos que se hieren mutuamente. Nada queda de aquellos motivos cuando las posibilidades
y la verdad pretendían la semilla sobre las mesas. La cuchillada traicionera
sesgó la raíz y vertió la sangre sobre el río de la ciudad. Es inmenso el
vacío, explosivo el camino y la muerte. La incertidumbre y los silencios
transitan enloquecidos. Cae la noche, los cadáveres se levantan para volver a
morir. Una sensación horrible lapida los sueños de los sobrevivientes, la
angustia parece querer escapar de su órbita acelerando a la velocidad de la
luz. Es lúgubre la pólvora con sus garras y sonidos que rasgan los asesinatos.
Los estómagos se trizan y aúllan. La hierática acumulada cae por los ojos. Los
zombis tienen frío de sus tumbas, han regresado para matar ¡Cómo les duele la
vida! Ya la noche no tiene lágrimas ni testamento, y quién abra su ventana sólo
encontrará soledad, desiertos y cardos de mirada vacía. El descontento golpea
las puertas. La miseria se abandona a las cantinas del pueblo, busca su tumba
entre las calles. Una espada se sumerge en el mar. Las cenizas se marchitan
pues ya no se pertenecen. Las cicatrices se alzan en la cumbre de los pañuelos
mientras el firmamento escupe sobre el crimen.
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